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jueves, 13 de octubre de 2011

El primer intento ( como dejar de fumar 3 )



Al día de hoy ya llevo unos dos meses y medio sin fumar. Aunque eso no me ha impedido coger el pedazo de resfriado que tengo ahora mismo. ¿Merece la pena? Globalmente diría que sí, pero no te creas que hace milagros. Si eres un soso, un aburrió y un manio, seguirás siendo la misma persona con humo que sin él. ¡Que sí, que hueles mejor! Pero también huele mejor lo peor, valga la paradoja. Esencialmente dejar de fumar te beneficia en tu economía, en mi caso 1.300 euros aproximadamente al año. También tú y tu ropa suelen oler mejor, bueno siempre con la pequeña ayuda del desodorante, no te obsesionas a las 12 de la noche porque se te acaba el tabaco y otras cosillas que ya comentaré. Si quieres más detalle consulta esta página web de la OCU.
Bueno a lo que iba. Tras la primera hipnosis mi idea, si he de ser sincero, no era dejar de fumar del todo, sino hacerme fumador solamente de fin de semana, como mi amigo Domingo o mi amiga Chelo. Eso quedaba bonito, no fumar ni lunes, ni martes, ni miércoles, ni jueves. Ya el viernes según como se torciera, y el sábado y el domingo por lo menos un par de cigarritos por día. ¡Eso estaba bien! Menudo planazo.

Y así comencé, cuatro diitas sin fumar, y llego el primer examen, la primera cervecita en compañía de fumadores. Yo muy chulito aparecí con un cigarro mentolado, de esos que venden en la farmacia. Así como de pronto, anuncié la buena nueva: “HE DEJADO DE FUMAR”.

Si, si, lo dicho: ¡Que ya no fumo! ¿Pero desde cuando, killo? Por lo de killo se reconoce claramente que yo me encontraba situado en Sevilla, si hubieran dicho picha, esto sería en Cádiz. ¿Van comprendiendo el léxico antropológico andaluz? ¡Pecadores de la pradera!

Yo contesté: “Desde hace cuatro días”. Risitas y el gracioso de turno que se lanza a vociferar: ¡Pero si eso no es na! ¡Pero es que yo voy muy en serio! Le contesto muy firmemente. ¡Quiero ser fumador de finde! Mas risas, ji, ji, ja, ja. ¡Ya lo veréis!

Al ratito ya estábamos sentaitos en un buen velador rodeado de nuestras tapitas y las típicas crucesdelcampo. Y comenzó la hora del humo. Miro a un lado, miro a otro y como casi de incógnito saco un cigarrito del bolsillo de mi camisa.

Por cierto, como cambian los significado de las palabras cuando las describimos en diminutivo. ¿No me digan ustedes que puede hacer el mismo daño un cigarrito que un cigarro?. Un tintito que un tinto, una cervecita que una cerveza. Siempre que vamos de diminutos pretendemos convercer o convencernos. Vamos que si a ti te dicen que a ver si le prestas un dinerito hasta oyes, ahora como te lo digan con todas las letras sales corriendo. Y así vas cayendo en la limosnita, el helaito, el eurito y hasta te atreves a insinuar lo del polvito. Aunque si lo consigues dirás un polvazo. Lo ven. ¡Ven como nos engañan y seducen los diminutivos ¡

En fin, que comencé con un cigarrito que me supo a gloria. Y yo me dije pues tampoco es para tanto, que yo controlo, así que al rato me fumé el otro que tenía preparado para esa noche. Ya con las copitas (lo ven, lo ven) se me antojo otro, pero como no lo tenía planificado lo tuve que pedir. Un día es un día y ya hacía cuatro que no fumaba.

No había estado tan mal, un sábado solo tres cigarritos, cuando antes fumaba treinta tres cigarros. ¿Ven la diferencia entre cigarrito y cigarro? El primero es divertido, inusual y hasta simpático, el otro sobrio, rotundo, saborío y hasta pelmazo.

De esta manera aguanté unos tres fines de semanas. Al cuarto ya fumé el viernes y el domingo también. Bueno tampoco era tanto, 10 o 11 cigarritos a las semanas comparados con los 210 anteriores no estaba mal.

Mientras tanto en las primeras semanas de mi abandono del humo, saciaba mi ansiedad con cientos de asaltos al frigorífico. Combinaba la horchata con las anchoas, el gazpacho con las magdalenas, las galletas con el chorizo. Y así me puse. ¡Redondo como un globo! En un pispas de días cayeron sobre mi cuerpo 8 kilos, que no kilitos. Pero no importaba lo primero, era lo primero. Dejar de fumar. Bueno, por lo menos durante la semanita.

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